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Cuestiones generales
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Morfología
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Sintaxis
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miércoles, 27 de julio de 2011

2. Condicionales del enunciado y de la enunciación

Condicionales del enunciado

La información suministrada por la prótasis y la apódosis deberá entenderse vinculada en una relación causa-efecto. "La prótasis", según los expertos, "se presenta como la causa hipotética del estado de cosas que se describe en la apódosis, que pasa a interpretarse como su efecto o su consecuencia" (905).

Por lo general, lo dicho en la prótasis tiene lugar a la postre de lo dicho en la apódosis. Por ejemplo, el llover causa que las calles se mojen, por lo que el llover sería una condición o prótasis en una condicional del enunciado y las calles mojadas sería la apódosis, pudiéndose escribir si llueve, se mojan las calles.

Esta contigüidad en el tiempo entre prótasis y apósis en las condicionales del enunciado permite que "el presente de la prótasis pueda combinarse con otro presente o con un futuro" (906; cursivas fuera del texto original). Por ejemplo: es lícito escribir si este jarrón se cae, se rompe y también escribir si este jarrón se cae, se romperá; la diferencia entre una y otra expresión consiste en que la primera hace énfasis en la acción que sucederá condicionadamente, mientras que la segunda en la posterioridad de la acción condicionada con respecto a la condición.

Condicionales de la enunciación

La información suministrada por la prótasis está vinculada en una relación causa-efecto no con la de la apódosis.

Condicionales epistémicas

En el caso de las condicionales epistémicas, la información de la prótasis sirve como razón de la que el hablante se vale para afirmar la apódosis. Ejemplo: "Si este cuadro es del período cubista, lo habrá pintado en París" (906).

Por lo general, la apódosis de una condicional del enunciado sirve como prótasis de la condicional de la enunciación y la prótasis de una del enunciado sirve como apódisis de la de la enunciación. Ejemplo: la apódosis se mojan las calles de la condicional del enunciado si llueve, se mojan las calles sirve como prótasis de la condicional de la enunciación si las calles están mojadas, debe de haber llovido; y, como queda claro, la prótasis de la condicional del enunciado, si llueve, sirve como apódosis de la condicional de la enunciación, debe de haber llovido.

Se llaman epistémicas, por cuanto puede sobreentenderse que un verbo de percepción intelectual, como suponer, conjeturar, intuir, pensar, concluir, etc., subordina la apódosis. Así, en la condicional epistémica si las calles están mojadas, debe de haber llovido puede sobreentenderse que la prótasis, que las calles estuvieran mojadas, es la condición de la que se vale el hablante para formar una apódosis intelectualmente, ya por suposición, conjetura, intuición, pensamiento, conclusión, etc., y, por tanto, podrá escribirse equivalentemente si las calles están mojadas, supongo que debe de haber llovido, etc.

El verbo de percepción intelectual sobreentendido en la apódosis puede variar, como es de suponerse, en el grado de certeza. No tiene el mismo grado de certeza el concluir que el lanzar una rápida conjetura con respecto a algún asunto.

Condicionales ilocutivas

En el caso de las condicionales ilocutivas, la prótasis condiciona alguna capacidad del hablante para percibir intelectualmente, mientras que la apódosis es una afirmación del mismo.

El condicionar la afirmación de la apódosis a alguna capacidad intelectual del hablante garantiza un grado mitigado de certeza y dispone preventivamente al hablante.

Las condicionales ilocutivas permiten leer inseguridad por parte del hablante. Un ejemplo de una condicional ilocutiva: "Si no estoy equivocado, el tren llegará a las diez" (907).

Las condicionales ilocutivas constituyen la esencia de la cortesia. La petición ¿podría darme una cerveza? podría ser mitigada por medio de "alguna expresión cortés" (907); por ejemplo, al decir si no es mucho pedir, ¿podría darme una cerveza? o si fuera tan amable, ¿podría darme una cerveza?

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